Lo que acaba y lo que queda

«Lo que acaba y lo que queda», el título de esta obra, es un fragmento de un verso del poema «Una luciérnaga en el musgo brilla» contenido en el libro «En las orillas del Sar» de Rosalía de Castro.

En esta pieza, como en mis trabajos más recientes, indago sobre aspectos existenciales como son el paso del tiempo y la trascendencia utilizando la representación figurativa en soportes significativos.

En este caso, la rigidez y fragilidad del soporte, el rastro de polvo, los insectos… todo nos hace pensar en la finitud, en como todos los elementos de este universo están sometidos al mismo destino de un modo u otro, a desaparecer y, en ocasiones, a dejar una huella.

«Lo que acaba y lo que queda» es una pieza de composición sencilla y atípicamente monocroma en mi producción artística, en la que precisamente el contraste entre el blanco del soporte y el negro del dibujo adquiere un gran protagonismo.
En ella he sustituido mi soporte habitual, como es el papel viejo y amarilleado, por hojas de porcelana, que con su blanco cálido y fragilidad dota a esta pieza de un aspecto quebradizo y perecedero. La porcelana se convierte así en un intencionado trampantojo y es utilizada como soporte para el dibujo como si de papel se tratase.

«Lo que acaba y lo que queda», the title of this work, is a fragment of a verse from the poem «Una luciérnaga en el musgo brilla» from the Rosalia de Castro’s book «En las orillas del Sar».

In this piece, as in my recent work, I inquire about existential aspects such as over time and transcendence using figurative representation in significant supports.

In this case, the rigidity and fragility of the support, the trail of dust, insects … everything makes us think of finitude, that all elements of this universe are subject to the same destination in one way or another, to disappear and, sometimes, to leave a trace.

«Lo que acaba y lo que queda» is an atypically monochrome and simple piece, in which precisely the contrast between the white support and black drawing acquires a major role.
In it I replaced my usual support, the old and yellowed paper, and I use sheets of porcelain, which with its warm white and fragility gives this piece a crisp and perishable aspect. Porcelain becomes an intentional trompe-l’œil and is used as a support for the drawing as if it were paper.